Arsénico: un problema sanitario nacional
El rey de los venenos
Por Elvira Vaccaro
Daniel Campos murió de cáncer en 1995. Este hecho en sí no provoca ninguna sorpresa si se tiene en cuenta que las enfermedades tumorales son la segunda causa de mortalidad en la Argentina. Lo que puede sorprender es el hecho de que el cáncer fue producto del arsénico que contenía el agua que el adolescente tomó durante toda su corta vida.
Este caso se difundió el miércoles 23 de agosto en el programa Telenoche Investiga que produce canal 13.
Crónica de una enfermedad anunciada
La familia de Daniel Campos vive en Colonia María Elena, a 35 kilómetros de la capital de Santiago del Estero, donde no sólo el confort es un bien escaso, también lo es el agua potable.
A los 14 años de edad, cuando Daniel fue llevado al Hospital Garrahan en Buenos Aires, ya llevaba en su cuerpo las huellas de la enfermedad que lo llevó a la muerte: manos y piel ásperas, y esas manchas negruzcas en el rostro que caracterizan la intoxicación crónica con arsénico.
Los médicos certificaron que el cáncer fulminante que le destruyó el hígado fue provocado por una enfermedad conocida hace mucho tiempo: el hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE).
El médico que atendió a Daniel Campos en Clodomira, doctor Carlos Padial, especialista en la enfermedad, afirma: “En aquellos pacientes que son susceptibles, las manifestaciones se producen entre uno y quince años después de la ingesta prolongada de agua contaminada con arsénico”
Después de la muerte de Daniel, muchos tomaron conciencia y ya hay una parte de la población que sólo toma agua segura. Aunque esto no siempre es posible. El agua se puede conseguir en Clodomira, por ejemplo, que está a diez kilómetros de distancia, o comprar agua envasada. Pero estas opciones no son para los pobres.
El doctor Carlos Padial agrega: “Es nuestra responsabilidad que la gente de la comunidad esté informada de que seguir ingiriendo agua con arsénico lleva a la muerte en muy poco tiempo”
Muchos de los pobladores de Colonia Santa Elena, como la familia Campos, ya muestran en las manos las lesiones típicas de la enfermedad.
El arsénico entre nosotros
El arsénico es un elemento muy conocido, que se utilizó en el pasado con fines homicidas y suicidas. Hoy en día, sin embargo, no es considerado un tóxico de interés forense sino más bien de interés ambiental.
Se lo encuentra ampliamente distribuido en la corteza terrestre, aunque, existen suelos que, por estar ubicados por encima de depósitos naturales de sulfuros, tienen cantidades muy altas de arsénico. Así es como, por erosión de estos suelos, se pueden contaminar las napas de agua que son utilizadas para consumo humano
Esto ocurre en Argentina en vastas regiones que abarcan zonas de las provincias de Córdoba, Santiago de Estero, La Pampa, San Luis, Tucumán, Salta, Chaco, Santa Fe y Buenos Aires.
El primer registro de la enfermedad fue realizada en el año 1913 en habitantes de la ciudad de Bell Ville (Córdoba). ( Ver fig.)
Si bien no se conoce cuál es la concentración máxima de arsénico en agua que no produce efectos adversos, la Organización Mundial de la Salud estableció como concentración máxima permisible 0,01 miligramos por litro de agua. Pero el 22 de junio de 2000 la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.) propuso formalmente bajar ese valor a la mitad.
El HACRE tarda años en manifestarse y desarrollarse y evoluciona generalmente en cuatro períodos. En el primero aparecen prurito y descamación en palmas de las manos y plantas de los pies. En la segunda etapa se produce una hiperqueratosis,-un engrosamiento de la piel- con apariencia de granos de maíz. Estas lesiones son irreversibles y dolorosas, y van incapacitando progresivamente para trabajar, e inclusive, para caminar. La etapa siguiente se caracteriza por la aparición de pigmentación negra distribuída en forma de “gotas de lluvia”. La fase final se caracteriza fundamentalmente por la de aparición de cáncer de piel, aunque también puede desarrollarse otro tipo de lesiones cancerosas y, además, complicaciones renales,hepáticas y cardíacas.
Usos y Abusos de ayer y de hoy
Siglos atrás el arsénico ya era conocido y llamado el “rey de los venenos”. Su uso se difundió rápida,y muchas veces impunemente, ya que algunos síntomas se confundían con los del cólera. Esta poderosa arma mortal convertía en asesino invisible a quien la tenía en sus manos.
Hasta hace poco se afirmaba que el emperador Napoleón Bonaparte había sido víctima del “rey de los venenos”. Actualmente los expertos lo ponen en duda y discuten también si su muerte fue accidental o deliberada.
Sin embargo el arsénico también tiene propiedades beneficiosas y ya era utilizado como medicamento por los griegos y romanos de la antigüedad. Algunas personas, en particular, habitantes del Tirol en el sur de Austria, son consumidores habituales de arsénico ya que descubrieron que éste tiene un efecto tónico. Estos individuos han desarrollado progresivamente una cierta tolerancia al mismo, lo que les permite ingerir dosis que de otro modo serían letales.
El arsénico se usa en grandes cantidades en la fabricación del vidrio para eliminar el color verde causado por las impurezas de compuestos de hierro. Es un subproducto de la fundición de minerales y pasa al ambiente a través de los desechos industriales líquidos y gaseosos. También forma parte en la fabricación de gases venenosos con fines militares.
Antes de la introducción de la penicilina el arsénico era muy importante en el tratamiento de la sífilis. En otras aplicaciones médicas ha sido desplazado por las sulfamidas y los antibióticos.
Los compuestos de arsénico con plomo y calcio son utilizados frecuentemente como insecticidas y también en baños antiparasitarios para animales. El disulfuro de arsénico conocido como rubí arsénico, se usa como pigmento en la fabricación de fuegos artificiales y pinturas.
La dosis mortal del arsénico está entre 100 y 300 miligramos. El envenenamiento puede producirse por una única dosis elevada, pero también por la acumulación progresiva de pequeñas dosis repetidas, que constituyen la intoxicación crónica, una de cuyas formas es el HACRE, o la inhalación de gases o polvos que contienen arsénico en el caso de intoxicaciones laborales, por ejemplo, en operarios que aplican productos que contienen arsénico.
El arsénico en el mundo
La contaminación con arsénico se ha convertido en un serio problema en diversas regiones del planeta. En primer lugar. como producto de la actividad minera en : América del Norte y Australia. Pero también por contaminación natural de aguas de bebida en países como Bangladesh e India y otros como Estados Unidos y Nueva Zelanda. A esto debemos agregar que estuvo muy difundido su uso como plaguicida, especialmente en los países desarrollados.
Dada la variedad y cantidad de fuentes de exposición a arsénico, en el presente se observan las consecuencias: la captación del mismo por los vegetales y animales y la obvia llegada al hombre a través de los alimentos. Por eso es que en el organismo humano pueden existir normalmente vestigios del tóxico.
¿De qué depende?
En algunas regiones del país ya se ha logrado corregir con éxito y de manera relativamente sencilla el exceso de arsénico en el agua para transformarla en potable.
Las alternativas que se proponen no suelen ser dificultosas. Por ejemplo: explorar distintas napas hasta encontrar aquellas que no estén significativamente contaminadas, la instalación de una planta potabilizadora o bien la construcción de una red que transporte el agua de alguna zona donde no esté contaminada.
Las soluciones al problema del arsenicismo se pueden considerar sencillas o complicadas, caras o baratas, todo depende de lo que se considere prioritario. Es decir, todo depende del valor que se le dé a la vida humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario